Ir al contenido principal

“Aznavour by Charles”. Las grabaciones caseras de Charles Aznavour

Meses antes de morir el primer día de octubre de 2018, Charles Aznavour mostró a su amigo Marc Di Domenico el tesoro que guardaba en una habitación de su casa situada en el sur de Francia: decenas de horas sin tratar grabadas a lo largo de toda la vida del músico. Los viajes, las giras, momentos de descanso durante los rodajes de las películas que interpretó, sus mujeres y amigos, paisajes capturados desde la ventanilla de un tren en multitud de países y trayectos. Con todo ese material emotivo desconocido hasta el momento sobre la vida de Aznavour, Di Domenico evitó el paso en falso de realizar un documental al uso sobre su admirado amigo, ya sabéis, la estructura habitual del género con sus convencionalismos narrativos y sus cronologías y personajes hablando a cámara.

Hasta la fecha de su fallecimiento, el cantante de origen armenio asesoró al director y trabajaron en estrecha colaboración con aquellas imágenes. Ya conocemos el resultado gracias al Festival de cine D’A, que este año, debido a la pandemia, ha tenido que ceder su programación a la plataforma de pago Filmin.

“Aznavour by Charles” de Marc Di Domenico (2019), supone un réquiem audiovisual a la altura del talento y de la sensibilidad del autor de “La Bohème”. Un documental que conjuga los aspectos más íntimos y biográficos del retratado, con una mirada antropológica del que siente fascinación por los lugares que conoce a través de sus viajes.

El objetivo de la cámara de Aznavour capta en plano general las ciudades y en plano corto a las mujeres que amó como Micheline, Evelyne o su relación definitiva, la sueca Ulla Thorsell con la que convivió medio siglo: “No puedes ver mis ojos cuando te filmo, pero están brillando de emoción”, expresa sobre imágenes de ella la voz en off de Romain Duris, un habitual del cine de Cédric Klapisch que ejerce de álter ego narrativo de los recuerdos filmados por Aznavour.

El vídeo diario del músico armenio transita por simpáticos momentos de relajo, como las grabaciones de su amigo actor Lino Ventura durante el rodaje de la película “Un taxi para Tobruk”, y conmueve cuando vemos en pantalla a su hijo Patrick, que murió de sobredosis con 25 años, lo que supuso un duro mazazo del que tardó tiempo en recuperarse. En la última parte de este exorcismo a la figura de Aznavour, somos espectadores del regreso del artista a sus raíces cuando viaja a Armenia, el país que marcó su infancia. Allí se reencuentra con su abuela y vuelve por momentos “a ser un niño” evocando olores asociados al pasado.

Sorprende “Aznavour by Charles” por su capacidad para ser muchas cosas a la vez. Un documental poliédrico que gustará a los adeptos a las canciones del monarca de la chanson francesa, que es también el tributo amistoso de Di Domenico hacia el músico a través del regalo de todas esas horas de metraje que recibió de él, así como un interesantísimo vídeo-ensayo de miradas en eco en el que aflora la sorpresa ante la vida con todas sus cimas y precipicios, con todas sus exaltaciones pero también con sus instantes de sueños fracasados de juventud en los que la muerte y la pérdida están a la vuelta de la esquina.

Y ahí, cuando vemos en este juego de espejos a Aznavour recordar el olor a sopa de la infancia mientras abraza a su abuela, o comparar las escenas marinas vistas durante el trayecto entre Hong Kong y Macao con los grabados antiguos y con las ilustraciones de cierta porcelana oriental, cuando el documental se hace diferente y mira de reojo a algunos de los trabajos exquisitos del pasado realizados por Jonas Mekas, Chris Marker o Jean Rouch.

José Martín S


Comentarios

Entradas populares de este blog

“Boy Howdy! The Story of Creem Magazine”: el documental sobre la irreverente revista musical

Como bien explica ya desde su mismo título, “Boy Howdy! The Story of Creem Magazine”   dirigida en 2019 por Scott Crawford , cuenta la historia de la revista Creem y de sus gamberros integrantes, integristas algunos de ellos casi. Una publicación surgida en Detroit , ciudad del motor pero también impresionante nido musical del que ha brotado lo mejor del siglo XX en adelante: el sello Motown, MC5, Iggy pop y sus Stooges, Funkadelic o White Stripes son solo algunas de las gemas aparecidas en la ciudad más grande del estado americano de Michigan. Creem aparece en 1969 como respuesta alternativa a la popular Rolling Stone. Homenajea irónicamente también en su nombre a una banda del momento (los Cream de Eric Clapton) y pretende ser la voz de la música y de la contracultura, utilizando unas firmas corrosivas que muchas veces despedazaban a los artistas en sus artículos. Desde el inicio de la revista, entre editores y columnistas ( Barry Kramer , Dave Marsh o el mítico Lester Bangs ) siem

"White Riot": Rock contra el racismo

A mediados de la década de los setenta, Reino Unido vivió una época de declive económico agravada para la ciudadanía por la bajada de salarios y los recortes de servicios públicos. Aquel fue un caldo de cultivo idóneo para que surgieran movimientos de ultraderecha que demonizaban al inmigrante señalándole con el dedo como culpables de todos los males. El partido fascista National Front abrazó la desesperación de los autóctonos en los barrios de diferentes localidades británicas para hacer grupo, con una ideología demagógica y xenófoba que les les hizo ascender en popularidad. En 1976, el fotógrafo londinense Red Saunders funda Rock Against Racism para combatir el racismo del National Front y a su líder, el supremacista blanco Enoch Powell. El RAR (Rock Against Racism) se consolidó como un movimiento de activismo y denuncia en el que la música cobraba un protagonismo fundamental. Si la ANL (Anti Nazi League) era pura lucha política, el RAR cultivaba la cultura y el entretenimient

Omega: Morente y Lagartija Nick, 25 años después

“Tengo un guante de mercurio y otro de seda” (“Poema para muertos”, Federico García Lorca). "Omega" , el documental de José Sánchez Montes y Gervasio Iglesias (2016) cuenta la génesis, grabación y polémica puesta en marcha para los directos de la colaboración entre Morente y Lagartija Nick  del disco que, a finales de los noventa, aunó seguiriyas, peteneras y bulerías con los magmas sonoros ruidistas de la lagartija granaína. Es decir, lo viejo y lo nuevo, clasicismo y pureza con modernidad absoluta (¿no era esa, precisamente, una de las definiciones que en el colegio nos hacían de la obra de Lorca cuyo espectro junto al de Leonard Cohen  lleva recorriendo el mítico Omega desde 1996?). Un viaje, desde Granada a Manhattan , que comenzó a cocinarse en 1994 no exento de tribulaciones: la muerte de la madre de Morente durante la grabación, el “esto es una mierda” con el que un directivo poco visionario de Sony despachó la escucha de una demo del disco, la (micro)presentación de